Friday 13 March 2015

Olive Kitteridge y su genial reguero de infelicidad

Aprovechando que esta semana hemos celebrado el día de la mujer, quería dedicarle a ellas este post, a través de dos series “de mujeres”, donde ellas son las protagonistas únicas y totales, y que se contraponen a un mundo audiovisual aun ciertamente machista.

Para mí una de las tres mejores miniseries del 2014 ha sido sin lugar a dudas "Olive Kitteridge", una relato brutal, dañino y atemporal de una persona empeñada en ser infeliz a pesar de lo que la vida le ha concedido. Es cierto que es más fácil decidir ser infeliz que empeñarse en ser feliz, pero el caso de la toxica protagonista de la serie se lleva a extremos delirantes, emponzoñando la existencia a su marido, familia y a todo el que tiene la desgracia de encontrarse en su camino.

De la protagonista, Frances McDormand, no cabe decir demasiado. Su actuación es colosal, con una solidez interpretativa imposible de superar. Tener a una actriz de una talla semejante, involucrada y empujando el proyecto, es un seguro de vida.  Además para mi es una debilidad desde que la vi en 1988 en “Arde Mississippi” , una de mis pelis preferidas (Geena Davis le birló el oscar con el turista accidental). Era tan conmovedora como trágica. Repitió nominación en 2000 aunque ya lo había ganado por su genial papel en "Fargo", casi diez años después.



En esta historia, que realmente es la tragedia vital en la que transita, la acompaña Richard Jenkins como el farmacéutico y abnegado marido Henry Kitteridge. Jenkins siempre será para mi el patriarca de los Fisher de “six feet under”. Recuerdo sus jugosas actuaciones y esa doble vida que llevaba como una parte fundamental de mi reverenciada serie. Aquí interpreta al marido sacrificado y manso que debe lidiar con “una bestia” (como la propia Olive se autodenomina), llevándose cornada tras cornada sin siquiera plantearse dejar de torear. Sus actuaciones se complementan tan bien que hace absolutamente creíble su matrimonio, piedra angular de la serie.


Un portentoso Bill Murray, en apenas 5 escenas, es capaz de maravillar al espectador, manteniendo a raya a Olive y su sarcasmo, y llevándola a un final de serie conmovedora y abierta, donde descubre que después de perder todo los asideros de la vida, aun queda un soplo de esperanza.

La serie, que pensaba que iba a ser lenta hasta decir basta es todo lo contrario. Las estupendas caracterizaciones y la minuciosidad con la que se describe a los personajes te hace involucrarte inmediatamente en sus vidas, e incluso empatizar con una historia tan corriente como terrible, de gente que no es capaz de salir de sus miserias ni de luchar con el enemigo que muchas veces son ellos mismos.



No he leído el libro ganador del Pulitzer en el que está basada la serie, y entiendo que los que sí lo hicieron duden de como comprimir 25 años de vida en 4 capítulo de miniserie. Sin embargo el retrato de esta mujer cínica y testaruda, que perdió a quien amó y vivió con quien la soportó, que pasó por la vida dejando un reguero de infelicidad autoimpuesta, envuelve la paradoja de que hasta las vidas más miserables pueden tener un ultimo instante de redención.

Tambien había oído buenas criticas de “Restless” e incluso que la colocaban entre las 10 mejores miniseries de los últimos años. No tiene nivel para nada de ello.

Trata de ser una serie de espías en la época preguerra mundial (la segunda), donde no se sabe muy bien si los servicios británicos quieren involucrar a los US en la guerra o si son los rusos los que quieren que no entren, o si todo es un truco disuasorio. La verdad es que al argumento le falta peso, amén de interés. Pero sobre todo es que se hace terriblemente enrevesada y compleja, resultando casi imposible seguir el hilo de los personajes y de las conspiraciones.

Puedo reproducir una a una las palabras que utilizaba sobre Charlotte Rampling en otro post: no encaja en un formato en el que tal vez se le pide algo más que una mirada penetrante y una sonrisa envolvente. En esta además aparece con escopeta y paranoia. Mala combinación. Sorprendentemente fue nominada a los emmys, lo que me hace dudar cada vez mas de este tipo de premios.




También aparece en un papel protagonista Michelle Dockery, esta Lady Mary, que vestida de gala y entre efluvios galantes de Downton tiene un pase, pero venderla como una neo hippy no cuela. La delata su acento pijo, sus manos de manicura y su andar arrogante. No dice mucho de la capacidad de cambio de registro de la actriz, la verdad.

Lamentablemente se queda en otra serie indescifrable y prescindible con mas nombres e infulas que originalidad y valor.



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