Wednesday 28 May 2014

The good serie

El tiempo es oro. Para admiradores de las series de calidad como nosotros, que trabaja, tiene hijos pequeños, gusta de hacer deporte,  leer una buena novela y ver una buena película (algo cada vez más raro actualmente), la decisión de empezar a ver una nueva serie es a veces complicada, pues el tiempo es escaso y la oferta amplia.Ya que dispongo de poco tiempo me gusta gastarlo en cosas que realmente valgan la pena, intentando ir sobre seguro en la medida de lo posible. Para ello mi mayor apoyo son mis compañeros de blog, con los que comparto gustos al 100% y sirven de excelente filtro de metralla televisiva. También leo algún que otro blog, oyes el boca a boca… y con toda esa información eliges la opción más apetecible.
Con todo ello siempre tienes en el disco duro alguna serie para ver, pero que por su extensión, su temática o sus vibraciones no terminas de animarte a empezarla. Una de ellas es “Oz”, de la que hablaré cuando la vea, y la otra es la serie que me ha enganchado los últimos meses y ha derribado muchos de los tabúes que tenía hasta la fecha: “The Good Wife”.  


En un principio todo lo que veía a primera vista me alejaba de ella: a) es una serie de abogados: no me hacen mucha gracia las series de este tipo, aunque me gustaba bastante en su época “La ley de Los Ángeles” (sobre todo el personaje de Corbin Bernsen), pero son series muy repetitivas y facilonas que acaban cansando, con su temática de un caso por episodio (como ocurre también en la reiterativa “House”). b) sus temporadas tiene 22-23 capítulos: de sólo oírlo me daba pereza empezar los más de 100 episodios que tenía por delante. Ahora que los he terminado me siento huérfano y con síndrome de abstinencia. c) la protagonista absoluta es Julianna Margulies: su personaje de “Urgencias”, no me hacía ni fu ni fa, y el ser una protagonista femenina me hacía pensar que se trataba de una nueva “Sexo en Nueva York”. 


Sin embargo, tras terminar “Breaking Bad”, y sufrir el vacío que nos dejó, decidí meterle mano a fondo y darle una oportunidad tras escuchar maravillas de ella, que la comparaban  en el último año con obras de arte de la talla de “Mad Men”, “Walking Dead” y la mencionada “Breaking Bad”, lo que sonaba a mis oídos como palabras sacrílegas de disidentes despreciables. Tras iniciar los primeros capítulos me tuve que tragar mis palabras, pues la droga de “The Good Wife” se introdujo en mi sistema nervioso de manera inexorable. Es una serie de abogados, pero los casos son lo de menos, aunque son muy interesantes, siendo planteados desde diversos puntos de vista y de manera muy novedosa. Pero lo más importante es la trama principal entre su protagonista y sus inolvidables personajes secundarios. Los personajes crecen a lo largo de los capítulos, sin existir un capítulo malo. La cosa va mejorando con el tiempo de manera imparable, y desemboca en una impresionante quinta temporada, a la altura de lo mejor de la década, con un ritmo frenético y una factura técnica imponente, incluida una banda sonora a la altura. Los diálogos creados por los creadores de la serie (el matrimonio Robert y Michelle King) tienen gran altura, resolviéndose las tramas de manera brillante, y plantando semillas para el futuro con elegancia. Es admirable como es llevada la tensión sexual entre sus dos protagonistas, evitando situaciones vistas miles de veces y topicazos conocidos.



Aunque su protagonista absoluto es Alicia Florrick (encarnado a la perfección por Julianna Margulies), es una serie coral en la que el resto de personajes va cobrando importancia, y vas amando y odiando a todos los personajes según transcurren los episodios. Muchos personajes parecen insípidos al principio, como el de los abogados Will Gardner (interpretado a la perfección por Josh Charles, del que no sabía nada desde “El club de los poetas muertos”), Cary Agos (Matt Czuchry), Diane Lockhart (Christine Baranski) y el de la investigadora Kalinda Sharma (inolvidables sus botas y minifaldas, aunque muy olvidables las apariciones de su vulgar marido), pero sus personajes se van desarrollando con complejidad creando unos personajes antológicos.


Con todo esto mi personaje favorito es el de Eli Gold, asesor de campaña del marido de Alicia, Peter Florrick (con diferencia el personaje más insípido, aunque necesario, de la serie). El escocés Alan Cumming va ganando terreno desde su primera aparición y fagocita a todo el que aparece a su lado, tomando más importancia cada temporada. Eli Gold es cínico, inteligente, corrosivo, directo, pero le queremos con locura. Me recuerda mucho a otro cínico inolvidable, el genial Ari Gold de Entourage.


Otra baza importante es la de los secundarios ocasionales que desfilan por la serie, como el carismático Michael J Fox encarnando al repulsivo Louis Canning, el eficaz Mathew Perry en el papel del mentiroso Kresteva, la genial Carrie Preston en uno de los mejores personajes de la serie (Elsbeth Tascioni), Mathew Goode en la última temporada, y Dylan Baker, que crea su Hannibal Lecter particular como el asesino refinado Colin Sweeney.

                                                










 No sé cómo será el futuro de “The Good Wife”. Espero que su crecimiento continúe, y no desperdicien lo realizado con un declive (tipo “Dexter”) que no se merece. Yo de momento anhelo la nueva temporada con desesperación, "...en mi opinión..."



Friday 16 May 2014

The blacklist...en la lista negra

No puedo decir que “The Blacklist” sea una basura sobrevalorada (aunque a veces lo piense), sobre todo porque me he tragado los 22 capítulos de su recién acabada 1º temporada. Pero lo que tampoco tengo nada claro es que vaya a darle una segunda oportunidad (a pesar de su bestial éxito de audiencias). Imagino que dependerá de la saturación de series que tenga cuando empiece de nuevo. Pero tiene muchas probabilidades de acabar en el mismo lugar que “The following”


“The blacklist” es un producto de entretenimiento muy del estilo americano: protagonistas guapos, acción soft, mezclas de tramas profesional-personal, y guiones no muy elaborados con una sucesión infinita de casos a resolver que finalizan cada semana. El resultado es un producto sin dolor, sin drama, sin sangre, sin sexo…sin alma

Uno de los problemas desde mi punto de vista es la excesiva longitud de la temporada. 22 capítulos de serie, son demasiados: Primero porque el desarrollo es repetido en todos ellos hasta llegar a hacerlo predecible: presentación del malo, aparición de James Spader ayudando al FBI, te pillo, no te pillo, te pillo y  final entermezclando la parte humana de los personajes. Pero sobre todo porque una  cadena como la NBC dá prioridad a otros eventos (en este caso los juegos de invierno de Sochi) posponiendo durante semanas la emisión de sus series (igual que ocurrió con parenthood). El resultado: 7 meses aguantando las mismas paridas de la agente Keen.

La elección de los actores además me parece un desastre absoluto (salvando a James Spader, claro). Megan Boone, nuestra protagonista, fracasa en resultar creíble en el papel de dura agente del FBI. Detrás de su cara angelical y su pésima forma de correr no imagino que nadie se crea su papel. Ni siquiera las pocas heridas que se le infringen parecen reales y por supuesto no dañan su maquillaje. No convence ni cuando llora ni cuando sufre ni cuándo ríe. En todo caso el papel de su marido-espia parece infinitamente más convincente y parece mejor el desarrollo del personaje en la trama, sobre todo el último tercio de la serie, cuando queda claro que todo su objetivo es vigilar a la prota. No puedes por menos que empatizar con él y esperar que aparezca para darle un poco de interés a esta relación



Peor si cabe es Diego Klattenhoff, aquel amante de Morena Baccarin en Homeland, es un Kent (el muñeco) convertido en actor americano robotizado. Decir que interpreta un papel es un insulto al gremio de actores. Tal vez sea el prototipo de hijo-novio-yerno US, pero su deambular por la serie, igual que ocurría en Homeland, no aporta nada a la serie ni le hace ganar un solo punto. Completamente infumable

¿¿Qué salva a Blacklist? Probablemente los villanos semanales que le dan un poco de sal y pimienta a los capítulos, sobre todo en la presentación de los mismos. Otra baza a su favor es precisamente lo que para mi es uno de sus puntos débiles: es fácil, ligera y llevadera.

Esto y por supuesto James Spader, que está muy bién. El salto interpretativo es tan enorme que no hace mas que dañar a sus lastimosos compañeros. Imagino que en algún momento del principio de la serie, los productores o creadores debieron pensar: “¿porqué no nos dejamos de ostias y le convertimos en el protagonista?”. Su relevancia desde el primer capítulo se va engrandeciendo en la misma medida que se va reduciendo el crédito del resto de actores. Pero incluso una temporada tan larga deja dudas sobre el valor de Spader, no tanto por su talento como por la escasa capacidad para gestionarlo.


De todas formas su papel gana enteros cuando se quita la mascara de filántropo al servicio del FBI y a partir de los capítulos de Anslo Garrick (el 11 creo) empieza su venganza y queda patente que lo único que quiere es quitarse rivales en el mundillo del crimen con mayúsculas. Pero incluso esto deja un regustillo a final fácil: está demasiado bien informado de todo, anda demasiado libre y todo parece demasiado simple y meloso


En fin, que The Blacklist es del tipo de serie que mas odio: trata de ser lo que no es, y por  supuesto se queda a mitad de nada. Trata de ser una serie de acción pero sus personajes son irreales, lights y edulcorados, trata de meter con calzador tramas paralelas que difícilmente son plauxibles e interesantes y enmascara todo con un popurrí de baladas country y planos cortos  a lo MTV que no ayudan a empatizar ni con la historia ni con los personajes.



Thursday 8 May 2014

Vikings: genial reflejo de la historia

Después de quedarme hasta las 2 de la mañana viendo los 2 últimos capítulos de “Vikings”, he pasado la noche soñando con escudos coloridos, escuderas de rubia melena y rituales mágicos. Mi problema es el mismo que tiene la serie: había visto antes un capítulo de GOT, y claro las comparaciones son inevitables

Y, además de injusto, no es un problema pequeño el intentar medirse con la fuente de entretenimiento semanal más importante del planeta (ni futbol ni pamplinas!!!). GOT es una bestia aniquiladora, un coloso implacable. Y sin embargo Vikings me parece una serie fabulosa en su género de épica y entretenimiento, compartiendo un universito místico muy del estilo de GOT.



La serie se centra en la vida de Ragnar Lothbrok (Travis Fimmel), aventurero y héroe vikingo que se empeñó en ampliar las fronteras de su pueblo y que se dedicó al saqueo de la costa británica durante varios años. Durante esta faena se ve arropado por amigos y familiares y obstaculizado por rivales.

Para mí la 2º temporada ha sido si cabe mejor que la 1º, tal vez por la calidad de sus rivales o por el desarrollo mayor de los personajes. La terna de aliados-enemigos formada por El rey Horik (Donal Logue), el conde Borg (Thorbjørn Harr) y el rey Ecbert (Linus Roache) le da empaque y calidad a la serie, que tiene una potencia visual casi inigualable, entre lo sublime y lo mágico, con unos exteriores (Irlanda y Noruega) que le dotan de gran realismo.











Mas allá de las actuaciones, la trama y la acción, la serie me parece estupenda porque refleja una época y un pueblo que siempre me han fascinado. Estigmatizados y denostados (a veces con mucha razón) los vikingos fueron un pueblo aguerrido, aventurero y en continuo equilibrio con la naturaleza, obsesionados con sus ritos y dioses y amantes de la libertad. Por eso, los mejores capítulos para mí de las dos temporadas (a parte del estremecedor final de la segunda) son aquellos que reflejan los rituales espirituales y la devoción a sus dioses: el capítulo de los sacrificios (humanos incluidos) en la 1º temporada y el capítulo de la terrorífica “águila de sangre” de la 2º son una auténtica maravilla.

La serie es bastante fiel a la historia real y a las leyendas y mitos vikingos, sobre todo en su 2º temporada. Muchas de los hechos que se relatan, beben del ÞáttrafRagnarssonum (o el Relato de los hijos de Ragnar), aunque evidentemente la serie se ve obligada a ciertas libertades argumentales para dotar de un mayor realismo a lo que únicamente es una leyenda y contar una historia lineal

Ragnar Lothbrok efectivamente fue un semihéroe vikingo que se caracterizó por sus incursiones en Northumbria. Sin embargo al contrario de lo que narra en la serie, no provenía del campo ni era labrador, sino hijo del rey de Suecia, invasor de Dinamarca. Estuvo casado con Aslaug la 2º esposa de Ragnar que aparece en la 2º temporada, y no hay duda de que su primera esposa fue Ladgerda, heroína Vikinga que acudió en ayuda de Ragnar en varias empresas después de haberse divorciado. Debo reconocer que este personaje de Ladgerda es de los que más me fascinal en la serie, porque refleja el carácter duro e independiente de la guerrera Valkiria. Además del atractivo de la actriz, es muy sugestiva la relación que guarda con Ragnar, algo que debió ser similar en la vida real











Parece claro que también existió el hijo de Ragnar, Björn “brazo de hierro”, más famoso incluso que aquel, aunque realmente era hijo de Aslaug. Como se intuye en la serie,  Björn llegó a ser rey sueco y navegó hasta el Mediterráneo (“navegarás por un mar sin olas” le aventura Floki), saqueando el sur de Francia y el norte de África, para volver a Suecia y morir como un poderoso cacique.

Me resulta muy instructiva la forma en la que se refleja la vida en la oscura edad media en Inglaterra. Es patente en la “corte” del rey Ecbert de Wessex, donde la religión y la ignorancia pueblan cada rincón. En este erial, el monje anglosajón Athelstanle traduce del latín obras de Julio Cesar y al rey le parece lo más innovador que ha escuchado en su vida y cuyos conocimientos acaba aplicando en el campo de batalla. Este personaje histórico, además de conquistar Mercia y convertirse en el más poderoso rey Anglosajón, parece ser que efectivamente entabló tratos con los vikingos además de enfrentarse a ellos. Lo mismo que Allea de Northumbria posible responsable del final de Ragnar (que no voy a contar, por supuesto)

En resumidas cuentas, la apuesta por esta serie que mezcla la épica con la divulgación y el éxito de espectadores me alegra poderosamente y me hace esperar que otras series históricas sigan la misma línea. Enseñar historia de forma entretenida y apasionante es posible.